Sílvia Abril lanza su saga 'Las fantásticas Hormiguets': "Hay un cambio en la literatura infantil hacia la igualdad"

Sílvia Abril está en uno de sus mejores momentos profesionales. La actriz ha continuado durante el confinamiento presentado junto a Toni Acosta el programa de radio El grupo, de la SER, se acaba de estrenar en las salas de cine la película Superagente Makey y pronto lo hará Padre no hay más que uno 2: La llegada de la suegra. Pero además, la humorista catalana ha decidido apuntarse a la literatura con Las fantásticas Hormiguets, una saga de libros infantiles basados en su hija de siete años y su grupo de amigas.

Joana, Julia, Sara y Nerea son las alegres chicas amantes de la danza y la música que protagonizan estas dos primeras entregas que están disponibles desde el 2 de julio tanto en castellano como en catalán. Están ilustradas por Pablo Ballesteros y son unas novelas llenas de humor y aventuras perfectas para los más jóvenes que se están iniciando en la lectura.

¿Qué se pueden encontrar los niños o los padres, en este caso, en Las fantásticas Hormiguets? Van a encontrar las aventuras de cuatro niñas que tienen la típica pandilla que hemos tenido todos en algún momento de nuestra infancia y van a vivir todo tipo de aventuras relacionadas con las actividades que llevan a cabo: el verano, una salida al camping, una salida de fin de semana a una casa rural, cosas que suceden en clase o en las extraescolares... Se desarrolla lo que es la infancia con un grupo de amigos.

Entonces, ¿los niños se verán muy representados en las historias? Absolutamente, eso es lo que hemos querido hacer desde la editorial para conseguir que los niños se enganchen, porque son libros de primera lectura. Hay que atraparlos con ellos para que se quede instaurado el leer. Están pensados para esta etapa inicial en la que pasan de que les cuenten un cuento a ser autónomos y viajar con sus propios libros.

¿Cómo surgió la idea de meterse en esta aventura de escribir libros infantiles? Fue una propuesta que me llegó desde el Grupo Editorial Random House, y a mí era un tema que me interesaba mucho. Estoy muy implicada en la educación de mi hija y precisamente ahora está en ese momento de arrancar a leer. Y yo les dije: "¿Os suena muy extraño si sacamos una colección de primera lectura?". Y bueno, no solo no les sonó raro, sino que le resultó súper atractivo. Y ahí emprendimos esta historia.

¿Ha sido difícil escribir para niños? Pues sí. Yo voy siempre de la mano de la editorial con un equipo detrás maravilloso que me han asesorado, porque a veces se piensa: "Escribir para niños está chupado". ¡Pero para nada! Al contrario, hay que ir con mucho cuidado porque demuestra que la educación es una etapa muy importante de su vida, así que hay que cuidar mucho los temas que se van a abordar. Por lo tanto, para mí suponía una responsabilidad muy grande y a la vez un reto muy apetecible. Y luego el regalo que les va a quedar, porque como están las historias basadas en hechos reales y en relaciones reales de Joana y sus amigas, pues esto se les va a quedar para siempre.

¿Qué porcentaje hay de realidad y de fantasía en las historias y los personajes? No sabría decir una cifra exacta, pero mi fuente de inspiración han sido ellas. Sus aventuras y las cosas que les han ido ocurriendo. Llevan cuatro años compartiendo historias porque son compañeras de clase, de extraescolares, los padres nos hemos hecho muy amigos y hemos hecho salidas de fines de semana. Entonces estas niñas han vivido de todo ya con los siete años de vida que tienen. Así que no sabría decir el porcentaje, pero sí que hay muchísimas cosas que solo ellas reconocen porque he utilizado todo su universo real. De este modo, aporto algo de realidad y me he vinculado directamente con ellas y con las historias que les pasan en general a los niños.

¿Durante la escritura ha estado preguntando muchísimo a su hija y a sus amigas? Sí. Yo organizaba meriendas para que me contaran cosas, y me di cuenta de que, como ellas tienen el disco duro vacío, tienen mucha más memoria y recuerdan cosas que realmente te hacen ver lo que es importante para los niños, con qué se quedan. Tú igual de un fin de semana en una casa rural te puedes quedar con unas cosas y cuando ellas te lo cuentan y reviven aquel momento flipas con lo que se han quedado. Entonces me encantaba hacerlas partícipes en todo el proceso. Es que incluso cuando el ilustrador, Pablo Ballesteros, nos envió los primeros esbozos de los personajes, yo los compartí con ellas porque quería que se vieran, quería que se gustaran, y hubo que hacer algún pequeño retoque porque alguna decía: "Yo quiero tener el pelo más largo porque yo lo tengo más largo". Ha sido muy bonito hacerlas que formen parte de todo esto.

Si ya tiene libros sobre el grupo de amigas de su hija, ¿no se ha planteado hacer una saga con las historias de los padres? Hombre, daría para unas cuantas entregas, para hacerlas paralelas. Pero no, yo no me voy a poner a escribir para adultos. Dios, qué pudor. Eso me cuesta más. Con ellas no me da tanto apuro. Los adultos yo creo que son palabras mayores. No me atrevo para nada.

¿Qué recibimiento están teniendo estos dos primeros libros? Pues está siendo bueno. Mi hija y sus amigas ya los han devorado y ahora están volviéndolos a leer. Estoy recibiendo muchas opiniones y me dicen cosas como "mi sobrina los ha devorado en un día" o "mi hijo se ha leído uno en una tarde y ahora está con el segundo". Si los libros son devorados significa que el objetivo se consigue, que es que ellos se enganchen. Y es que al final son historias con las que se van a sentir muy identificados.

¿Tiene pensado sacar más entregas? Sí, ya he acabado el tercero, Un finde terrorífico, que va de la celebración de Halloween, y estoy escribiendo el cuarto. El tercero saldrá el 17 de septiembre. En principio queríamos salir con cuatro ejemplares, pero no me ha dado la vida. La verdad es que llevo una agenda un poquito apretada y, a pesar de que el equipo apoya todo lo que pueda desde la editorial, yo llego a lo que llego. Entonces no hemos podido salir con cuatro y hemos salido con dos, pero bueno, el de Halloween será para otoño, poco antes de Halloween.

El nombre de "Hormiguets" viene de que su hija y sus amigas usan tutús negros en clase de danza, ¿quiso contar algo más con este detalle? La verdad es que fue una iniciativa real de ellas. Se quisieron vestir de negro en clase de danza y un padre dijo: "Parecen hormiguitas en esta clase. Son las cuatro únicas que van de negro entre tanto rosa, entre tanto blanco". Ellas son muy punkis, son antiprincesas, que también es algo que me gusta mucho de ellas y algo que me interesa mucho contar. Me gustan los libros de aventuras de niñas pero en los que no tiene que haber un príncipe, son un poco más mujeres de nuestra época, niñas que van a hacer lo que quieran en un futuro porque se ven con un potencial y con una educación a otro nivel. No hay niños y niñas y no hay colores para unos y para otros. Es todo más transversal, con la igualdad dada por hecho, con muchas cosas ya dadas por hecho y eso me encanta y quería que quedara plasmado en los libros. Hace ya tiempo que hay un cambio muy profundo en la literatura infantil, pero hay que seguir ahí porque son los futuros gestores de nuestra cultura, los futuros escritores, los futuros dibujantes, son nuestro futuro. Por tanto, hay cosas que tienen que venir dadas desde el principio.

¿En quién está basado el personaje de Estela Twinkle? Pues es nuestra Rosalía, porque estas niñas adoran a Rosalía. Además, Joana tuvo la suerte de conocerla en los primeros Goya que presentamos Andreu [Buenafuente] y yo, que hizo aquella maravillosa actuación y Joana quedó prendada. Se enamoró de Rosalía, hizo que la conocieran el resto del grupo.

¿Se ha planteado que Las fantásticas Hormiguets tengan recorrido más allá de los libros? Sí, no me importaría. Estos días, al hablar tanto de los libros pensaba: "Esto se podría trasladar a la televisión o al cine, convertirlo en una saga o en una serie". No lo descarto, es algo que se hizo sin pensar evidentemente en nada más y ahora en la presentación lo he visto más. Teniendo en cuenta también el consumo de ellos, porque ahora Joana ha arrancado en el confinamiento a ver series, porque la televisión se la teníamos muy limitada. Teníamos que acceder, porque con tanto tiempo libre habría que acceder a ello. Y descubrió el panorama de series infantiles y me planteé si tendrían cabida estas historias. Y yo creo que sí. Igual esto está siendo el embrión de otra cosa en otro formato.

Está claro que a los adultos los sabe hacer reír, ¿es muy diferente hacer reír a su hija en casa? La verdad es que ella es muy exigente con esto del humor y nos tiene fascinados a su padre y a mí porque no le haces reír con cualquier cosa. Nos ha salido muy crítica y muy exigente, pero es que ya de pequeña era como un bebé muy serio. Luego es una niña muy simpática, pero de entrada es como "esto no me hace gracia". Es muy exigente, no nos lo pone fácil, cosa que también está bien. Así subimos el listón, no nos vale una nariz de payaso.

¿Cuál de sus facetas artísticas es la que más le gusta a su hija? No hay ninguna en concreto, pero sé que le encanta nuestro oficio, el de los dos, porque durante el confinamiento ha vivido muy de cerca Late Motiv, y ha tenido que hacer de todo. Hemos descubierto una faceta en ella que ni nosotros conocíamos. Está encantada en este ambiente, pero bueno, es muy pequeña. A ella le encanta hacer bromas y le encanta la profesión de sus padres en general.

¿Como ha vivido el confinamiento con una niña de siete años? La verdad es que ha sido muy difícil, porque hemos tenido que gestionar el colegio, hacer el programa, y a veces ella quedaba un poco desatendida. Lo hemos vivido todos, todos los que hemos teletrabajado, y en algún momento los niños han quedado como desatendidos. Gestionar todo, la escuela, la casa, que se coma, que salga Late Motiv, que se grabe el programa de El grupo, el programa de Nadie sabe nada... Ha sido realmente complicado, pero hemos sobrevivido y salimos fortalecidos. Hemos aprendido a pelearnos y gestionar nuestras peleas. Hemos aprendido a convivir los tres juntos muchas horas, como todas las familias en España. Y ahora Joana, que tiene previstos unos campamentos en verano si el coronavirus los permite, nos dice: "Es que no los pueden anular porque yo necesito estar sin vosotros". Ella lo manifiesta abiertamente, como diciendo "me imagino que lo entendéis, no puedo más".

Va a comenzar MasterChef Celebrity 5, ¿la veremos por las cocinas? En algún momento me vais a ver, porque he ido. Ya se está grabando y ya he asistido. Llevaba tres años sin poder ir porque el contrato de exclusividad que tenía con Antena 3 no me lo permitía, pero ahora que ya no estoy en Antena 3, aunque sigo colaborando y trabajando igual, he podido ir, ya he pisado mi querido plató de MasterChef.

¿Qué nos puede adelantar de la edición? Me parece que cada vez el nivel de los celebrities está más alto. Yo creo que ahora ya cualquier celebrity está deseando asistir a MasterChef. Se curran unos perfiles... Han conseguido que Isabel Preysler y Vargas Llosa vayan a probar los platos de Tamara Falcó. O sea, ¿hola? Ahí se ha abierto un melón, eso es historia. O Ana Obregón y el encuentro con Antonia Dell’Atte. Ya no solo es un programa de cocina, se ha convertido en otra cosa. Palabras mayores.

La que se avecina ha cerrado un ciclo en esta temporada 12 y se van a mudar de edificio, ¿veremos de nuevo al personaje de Violeta por allí? No, es una etapa que se zanjó. Esa carpeta no creo que se reabra. Una pena, a mí me encantaba y me encanta hacer a Violeta, es como La niña de Shrek. Pero no, esa etapa yo creo que ya pasó.

¿Tiene algún proyecto entre manos? Ahora he vuelto al teatro. Estamos montando una función, que aún no tiene nombre, para celebrar el 30 aniversario de El Terrat, que es este año. Es una comedia dirigida por Enric Cambray e Israel Solá, que son dos jóvenes directores de la escena catalana. Nos han juntado a algunos de los míticos de El Terrat. Oriol Grau, que es uno de los primeros, Fermí Fernández, David Fernández... Edu Soto no, porque acaba de ser padre y no ha podido. José Corbacho tampoco se ha podido subir al carro, pero estamos ahí siete de los veteranos de toda la vida. Aun así, progresa muy lentamente porque somos lo peor en los ensayos. Parece un patio de colegio, nos reímos tanto juntos que cuesta mucho avanzar. Se estrenará este otoño en Barcelona y luego iremos de gira a Madrid. Así que muy prontito nos veréis en el teatro de vuelta.



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