Roma se merece que gastemos nuestras suelas en patearla. Aparte de sus espectaculares museos, la ciudad italiana es un contenedor de belleza: no olvidemos que sus iglesias, siempre abiertas al público, son una lección de historia del arte occidental. Y si la caminata concluye en alguno de sus enormes parques con un cucurucho de helado artesanal en la mano, le podemos dar gracias a la vida.
from Portada de El Viajero | EL PAÍS https://ift.tt/3BTAEv5
via Que hacer en el df
Comentarios
Publicar un comentario