En náhuatl, primitiva lengua mesoamericana, Nicaragua quiere decir “lugar rodeado de agua”. Una definición muy apropiada para un país que, aparte de albergar los dos lagos más grandes de Centroamérica —Cocibolca y Xolotlán—, limita al este con el Caribe y al oeste con el Pacífico; más de 900 kilómetros de costa y, entre las de agua dulce y las de agua salada, no menos de 500 islas. Al estar dentro del cinturón de fuego del Pacífico, es también uno de los países con mayor densidad de volcanes —cerca de 40—, algunos todavía activos: Masaya, Cerro Negro, Telica, Concepción, San Cristóbal… Precisamente, en las inmediaciones del cono del Momotombo, y entre el gran lago de Xolotlán y el océano, Francisco Hernández de Córdoba fundó la ciudad de León. Agua, fuego e historia en un territorio que atrapa tanto a los viajeros intrépidos como a los más remolones.
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via La Escondida la marquesa
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