Es una costumbre: los que viajan a Islandia en época de verano vuelven a casa deseando repetir en invierno, y los que van en invierno regresan pensando en volver en verano. Total, que siempre es buen momento para viajar a la “isla del día blanco que regresa”, como la definió Borges en su poema Islandia. Hasta hace poco, desplazarse a este país suponía un desembolso importante que echaba para atrás a cualquiera. Sin embargo, la irrupción de la compañía islandesa de bajo coste Fly Play ha cambiado las reglas del juego. La puerta de entrada es Reikiavik, una capital con apariencia de pueblo, insólita, cómoda y diferente, por la que proponemos una ruta de un día, que es lo que suele quedarse la mayoría antes de entregarse a la abundante riqueza natural de la isla.
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via La Escondida la marquesa
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