Explorando Sarajevo: museos, un desbordante paisaje y tentadores restaurantes

A principios de 1992, la guerra golpeó a Sarajevo. La capital de Bosnia-Herzegovina, ciudad de mil matices, mezcla ancestral de culturas, pasó a desintegrarse en las imágenes de los edificios en llamas, de las calles militarizadas. Hoy, ya lejos de aquel asedio, comienza a recuperar el magnetismo de sus grandes imperios. El escritor Marc Casals, quien ha residido más de una década en la ciudad balcánica, considera que “debemos encontrar el equilibrio entre obviar la guerra, que sería una frivolidad, y ver a Sarajevo solo por la guerra”. La metrópoli ofrece numerosos museos para aquellos que quieran conocer el oscuro periodo de la disolución de la antigua Yugoslavia —de inexcusable visita es la galería 11/07/95 o el War Childhood Museum—, pero también presume de otras apuestas culturales, además de un desbordante paisaje.

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via La Escondida la marquesa

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